Bitcoin: el fin del dinero como…
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Los avances tecnológicos en todo el mundo están impulsando cambios disruptivos en la forma tradicional de hacer las cosas, incluida la manera de adquirir y pagar bienes y servicios. El auge del comercio electrónico y de las plataformas de comunidades virtuales ha provocado una demanda de medios alternativos para realizar transacciones.
La moneda virtual puede ser abierta o cerrada en cuanto a su alcance. Una moneda virtual abierta puede sustituir al dinero real mediante sistemas de intercambio en línea o cajeros automáticos diseñados para el cambio de moneda virtual a real.
Un ejemplo de moneda virtual abierta es el bitcoin, la criptomoneda descentralizada más popular en Internet. Dado que las monedas abiertas tienen un valor determinable en dinero real y pueden cambiarse por dinero real, se tratan como propiedades o activos de capital a efectos fiscales en los Estados Unidos.
Criptodivisa
La moneda digital (dinero digital, dinero electrónico o divisa electrónica) es cualquier moneda, dinero o activo similar al dinero que se gestiona, almacena o intercambia principalmente en sistemas informáticos digitales, especialmente en Internet. Los tipos de moneda digital incluyen la criptomoneda, la moneda virtual y la moneda digital del banco central. La moneda digital puede estar registrada en una base de datos distribuida en Internet, en una base de datos informática electrónica centralizada propiedad de una empresa o un banco, en archivos digitales o incluso en una tarjeta de valor almacenado[1].
El dinero digital puede ser centralizado, donde hay un punto central de control sobre la oferta monetaria (por ejemplo, un banco), o descentralizado, donde el control sobre la oferta monetaria está predeterminado o acordado democráticamente.
En 1983, un trabajo de investigación de David Chaum introdujo la idea del dinero digital[4]. En 1989, fundó DigiCash, una empresa de dinero electrónico, en Ámsterdam para comercializar las ideas de su investigación[5]. Se declaró en quiebra en 1998[6].
Ripple
La moneda virtual que tiene un valor equivalente en moneda real, o que actúa como sustituto de la moneda real, se denomina moneda virtual «convertible». Bitcoin es un ejemplo de moneda virtual convertible. El Bitcoin puede ser intercambiado digitalmente entre usuarios y puede ser comprado o cambiado por dólares estadounidenses, euros y otras monedas reales o virtuales.
La venta u otro tipo de intercambio de monedas virtuales, o el uso de monedas virtuales para pagar bienes o servicios, o la tenencia de monedas virtuales como inversión, generalmente tiene consecuencias fiscales que podrían dar lugar a una obligación tributaria.
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La moneda virtual como el Bitcoin ha pasado a ser de dominio público en los últimos años. Algunos empleados cobran con Bitcoin, más de un minorista acepta Bitcoin como pago, y otros tienen la moneda electrónica como un activo de capital. Recientemente, el Servicio de Impuestos Internos (IRS) aclaró el tratamiento fiscal de las transacciones en moneda virtual.
El Bitcoin es la moneda digital o e-currency que más circula a partir de 2020. Se llama moneda virtual convertible porque tiene un valor equivalente en moneda real. La venta o el intercambio de una moneda virtual convertible -incluyendo su uso para pagar bienes o servicios- tiene implicaciones fiscales. El IRS respondió a algunas preguntas comunes sobre el tratamiento tributario de las transacciones de moneda virtual en su reciente IRS Revenue Ruling 2019-24 y su artículo de preguntas frecuentes. El tratamiento fiscal depende de cómo se mantiene y se utiliza una moneda virtual. A continuación hay algunos consejos usando Bitcoin como ejemplo:
Los empleados deben informar su salario total W-2 en dólares, incluso si se gana como Bitcoin. Los trabajadores autónomos con ganancias o pérdidas de Bitcoin por transacciones de ventas también deben convertir la moneda virtual a dólares a partir del día en que la recibieron, e informar las cifras en sus declaraciones de impuestos.
